Una nueva propuesta de carnes y comida al carbón con altas pretensiones, la carta muy bien lograda, con muchas opciones de carne de alto estándar poco comunes en el mercado panameño. Sin embargo, la experiencia no cumplió con los estándares esperados y eso, en la restauración, es lo que diferencia a los restaurantes que perdurarán de los que serán una moda por las novedad que traen al mercado. Primero, me acerqué al jefe de sala a preguntarle por qué no podía reservar por este medio, y con menosprecio y poca amabilidad me dijo que ellos jamás pidieron estar aquí, que si quería reservar pues que llame, por favor, llegué al sitio porque los vi en esta herramienta, así como probablemente llegan bastantes comensales que reciben. Segundo, pedí agua al tiempo y el salonero la trajo con hielo y al aclararle que era al tiempo quiso sacar el hielo con una cuchara, eso normalmente no me importa, pero cuando estás en un sitio que desde el principio se ofrece como un espacio glam y tan "exclusivo" jamás esperas que eso suceda. La comida estaba muy bien, la carne al término y el corte excelente, pero nada memorable en el trabajo del chef, aquí todo lo hizo el producto, ese es el plus del lugar, resalto su excelente gusto para seleccionar productos, pero al chef y al equipo de Gobe les falta capacidad de generar experiencias únicas. No vuelvo, la sofisticación de la gastronomía y las altas pretensiones de la cocina actual están en crear experiencias y así construir exclusividad. El ambiente es cualquier cosa, de hecho, no tiene una identidad clara y definida, no hay concepto.
