Chevre ha sido de mis lugares favoritos desde que abrió, tenía pendiente ir al Brunch y fué un acierto haber ido Justo para despedir la visita de mi suegra. Un simple omelette con queso se convirtió en un manjar, el toque Justo de cremosidad que le aporta el queso de cabra fresco y lo acompañó una deliciosa mantequilla con pan rústico de concha tostada y suave masa. El toque final de ese plato es el yogurt que lo acompaña. Además de haber ordenado sus famosas papas raclette, yo pedí los Benedictinos con Brisket, y vaya que se superaron con ese plato: La salsa Holandesa con el toque Justo de Limón. El brisket debajo de los huevos perfectamente pocha, hacían que juntos se sintiera que la comida se deshacía lentamente en mi boca. Dos puntos negativos de la experiencia es que ofrecen música en vivo en el Brunch, pero llegamos a las 11 y la música comenzó casi una hora después. El segundo punto es que pedí una mimosa y estaba caliente, por lo que no me animé a tomar nada más que agua cuando me acabé el trago. Cerramos el Brunch con un Cortado delicioso, no sé cómo hacen para que hasta el café sepa tan diferente de lo que acostumbras degustar en otros ambientes. Volveré sin duda alguna, sólo que no vuelvo a pedir Mimosas 🥂