Athen's Pizza (El Dorado)

He comido en Athens desde sus inicios. Con el pasar de los años pude observar el incremento de los precios de cada plato. Pero ayer fui con mi esposo y pedimos de entrada una orden de panos pita de pernil a B/.15.00, que hace un mes y poco días también lo habíamos pedido y estaba en B/.7.50. De plato fuerte compartimos un calzone con solamente 5 ingredientes en B/.14.00 (antes costaba B/.9.00 y le podías añadir todos los ingredientes que quisieras). No tomamos bebidas ni postre y nuestra cuenta salió B/.34.03 incluyendo propina. Nos enteramos que tiene nuevos dueños. En verdad quedamos impresionados porque Athens era una de las pocas opciones de comida bbb en Panamá.

Para mí es el mejor lugar a donde comer comida griega en Panamá. El ambiente y servicio son regular pero la comida es deliciosa.

Un restaurante clásico para mi, sus pizzas tienen un toque diferente. Las describiría con muchos ingredientes y un poco crocantes por debajo. Y la pizza ateniense sin las anchoas es mi favorita.

La comida es buena sobre todo si buscas algo saludable. El servicio no es el mejor porque demoran en atender.

Me acuerdo cuando el Athens recién abrió, nos recibía el dueño del restaurante, personaje icónico con sus grandes y rizados bigotes, y su acento griego. Eso fue hace aaaños y han habido cambios, otras cosas se mantienen. La comida sigue siendo fenomenal. Destaque para las pizzas, de masa fina y crocante, y el ladopsomo, así como la berenjena imam. Por otro lado, el lugar tiene la misma decoración de hace +25 años, ya vieja y cansada, con las mismas sillas de madera y cuero, cuadros con imágenes del Mediterráneo, franjas azules y blancas. Los uniformes de las meseras hay que mejorarlos. Sueter y gorro? Afff. Y los teléfonos, que antes eran tan cool, ya hay que retirarlos. Los precios han subido mucho, me parece que están a la par de un restaurante con ambiente más refinado. Seguiré volviendo siempre que la comida sea tan deliciosa como siempre ha sido. En mi opinión, un lugar bueno estrictamente para ir a comer, y no necesariamente para quedarse charlando y disfrutar la convivencia de los comensales.