Es un lugar sencillo pero cómodo, con una atención excelente, el personal es muy atento; la comida nos pareció de cada, exquisito todo

Un bonito lugar para desayunar, con buen servicio. Los precios nos parecieron justos con la calidad y la cantidad. Desayunamos el Panameñazo, bistec a caballo y huevos benedictinos ( estos últimos si un poco costosos)

Excelente ambiente, pocos restaurantes con esta vista o con vista similar; el servicio muy amable y educado. Para comer nos decantamos por carne , que es la especialidad (New York) y estuvo exquisita, en el término que la pedimos y muy blanda y jugosa.

Recomendado para pasar un buen momento observando cómo preparan tu comida, con una atención esmerada; la comida buena sin ser extraordinaria.

El lugar acogedor, típico oriental , la atención esmerada pero creo que los superaba la demanda. La experiencia con la comida fue excelente, pedimos 3 tipos de consomé y 3 tipos de carne y vegetales.

Estuvimos en la terraza, excelente atención y la comida estuvo exquisita, degustamos langosta termidor , almejas a la diábola (no están en el menú pero las puedes pedir).

Muy agradable el ambiente, a la hora que fuimos , en la mañana del sábado, estaba un poco congestionado y poco personal de atención lo que hizo el servicio un poco lento, el desayuno típico estuvo riquísimo .

Ojo: aunque reserves puede que no logres ver el piano, eso fue lo que nos pasó, al llegar al restaurante nos informaron que la disponibilidad dentro del restaurante se había acabado y nos tocaba en la terraza; la atención fue muy atenta y la comida no fue mala, fue buena pero no excelente, nos decantamos por entradas: papas bravas con pulpo, almejas al ajillo, croquetas de bacalao, chistorras ( por cierto lo mejor de la noche), pan (qué hay que pagar por separado).

La comida sin pretensiones pero deliciosa especialmente la carne, el lugar muy agradable frente al mar, lamentablemente el servicio dejó mucho que desear, muchos saloneros paseando pero no atendían la mesa, las bebidas calientes y para lograr atención había q llamar varias veces.

El lugar acogedor aunque nos gustaba más el jardín anterior del anterior hotel, el servicio amable, con la comida nos llevamos una muy grata sorpresa, todo estuvo exquisito, comimos langostinos apanados, un sancocho (es diferente al panameño), una paella mixta y una ensalada mixta.