Hemos reservado para el brunch dominical de hoy, 15 de Diciembre 2019. Sin dudarlo un instante podemos afirmar que ha sido nuestro peor brunch en absoluto. Escasas la variedad y cantidad de comida, mal presentados los platos y de muy baja calidad. Algunas preparaciones sospechosa de contener elementos recuperados, como unos rolls de sushi con pollo frito o una especie de cazuela de mariscos donde había de todo, tal vez por esto intolerablemente salada. El personal con uniformes descoloridas, claramente desgastadas, muy lejos de definirse impecables y limpias, demostró buena voluntad pero nadie estaba a la altura de un servicio de nivel. El pago tardó una eternidad porque tuvimos que esperar la llegada de una supervisora, no muy amigable que se diga, para que autorizara el descuento por haber reservado con Degusta. En la ciudad, por 35$ a persona, hay muchas mejores opciones...

Hamburguesas terribles! Pedimos dos Embajadora y una clásica. Todas tenían la carne maloliente que sabía a grasa rancia: incomible! El tocino mal cocinado, las cebollitas viejas, fritas quien sabe cuándo y con queso a pesar de haber pedido varias veces que NO se les pusiera. Los tres que fuimos, prácticamente comimos solo las papas fritas! Encontramos poco higiénica la idea de mantener las mesas sin manteles o siquiera un papel, por lo cual los clientes deben apoyarse directamente sobre la madera pegajosa. Tampoco hay cubiertos: si quieres distribuir algo de salsa en tu hamburguesa, tienes que hacerlo con los dedos! Este lugar debería venir controlado por las autoridades sanitarias y de defensa de la salud pública.