La atención y la comida fueron espectaculares...nada que decir. Tanto el brocoli tempura como la entraña y otras cosas que picamos estuvieron muy buenos. Pero en cuanto al ambiente hay varios puntos: dentro del restaurant hacía frío, nos fuimos con olor como si trabajáramos en la cocina, y además como los fines de semana hacen de la terraza una discoteca, es un desfile de gente y la música de ahí invade y se superpone con la del restaurant. Y como los baños son afuera se comparten con la disco y hasta te toca hacer fila para entrar. Realmente volvería pero un día de semana.