El lugar es bonito y el ambiente muy bueno. Había música en vivo el día que fuimos. Probamos las patatas bravas (buenas), el pulpo a las brasas (muy suave, pero pudieron sazonarlo un poco para resaltar el sabor), las croquetas de jamón ibérico (muy buena), la molleja de res (sabrosas), los calamares empanizados (buenos), el arroz meloso de rabo de res (regular, en lo particular no me gusto que estaba dulce, quizá por el vino) y el oro primavera (tegular). En general nos pareció un buen lugar para pasar el rato. Las raciones son pequeñas, los precios nos parecieron bastante bien.