He asistido en varias ocasiones anteriores y el ambiente es muy agradable, tranquilo, se puede conversar bien en el salón. El bartender necesita tal vez algo mas de entrenamiento dado que no sabía preparar algunos cokteles que pedimos. El martini que me sirvió si estaba en su punto. La comida buena pero sin cordero ni cochinillo en su menú que lo hicieron famoso. Las entradas si espectaculares. Recomiendo este restaurante y volvería a ir.