Tenía rato de no visitar Santa Rita y nunca había ido de noche. Éramos 5 y la pasamos riquísimo. En verdad que el restaurante se luce con la iluminación nocturna. La comida muy rica - compartimos varias entradas y platos fuertes. El servicio excepcional: muy atento, eficiente y entendido. Muy bien entrenados. La única queja era el aire acondicionado que nos pegaba encima y una lámpara cercana que parpadeaba cada tanto. Pero, en general, una muy agradable noche. Seguro regresaremos.