Tercera y última vez que voy: recibí una decepción total. Las primeras dos veces, todo espectacular: la atención, café y comida. Hoy, quedé totalmente decepcionada y sin ganas de regresar. Pedí el mismo omelette fancy que las últimas dos visitas y que, se “supone” que tiene hongos y su valor es de $11: el olor apenas lo sirvieron era nauseabundo, textura arenosa y sin un solo hongo. No solo salí con ganas de vomitar, si no que no regreso más. Clásico restaurante que empieza bien y luego bajan la calidad.