Primera vez que visito este restaurante porque me invitaron. Solo voy a restaurantes italianos gestionados por italianos. Esta visita reafirmó mi opinión ya que a pesar que los dueños son de origen italiano vienen de Venezuela y por una razón u otra cambian las recetas a su parecer. Pedí una scaloppina de pollo y lo que me trajeron es lo que en Mexico se llama Sabana de carne o sea una pechuga de pollo extremadamente estirada muy reseca y sin ninguna salsa de limón. Probé unos raviolis cuya pasta y cocimiento estaban muy buenos pero la salsa de tomate estaba muy espesa como si fuera hecha con tomates secos. Definitivamente no regresaré a este restaurante
