El lugar es simpático por la naturaleza que lo rodea y la opción de comer al aire libre. La atención es regular, pues si llegas ni agua te ponen en la mesa, ni hay vasos disponibles para dispersarla de el filtro que tienen. Todas las opciones de desayuno, son fritas, salvo a algún emparedado como el capresse y derretito, no son fritos. Los wrap de pollo y demás son todos de pollo frito, cosa que nos llamó la atención. La verdad, no regresaría.