Lo mejor es sentarse en las mesas de afuera en la Plaza Bolívar. Realmente, fuimos un poco tarde y no era nuestro plan comer allí si no en Feelings. Pero como ya conocíamos este restaurant, nos decidimos por él. Esta vez los patacones Morgan estaban durísimos, como recalentados. No deben bajar la calidad. Los restantes comensales quedaron complacidos con sus platos.