En mi visita a este restaurante recibí una atención que puede mejorar, pues, aunque las chicas eran amables, les falta quizás mayor agilidad y entusiasmo. La comida tardó un mundo en llegar y la cuenta, otro mundo más, lo cual no es cosa menir cuando se trata de un almuerzo luego del cual hay que volver a la oficina. Tienen una especie de box que me parece bastante completo y las cantides son suficientes. El ramen no tiene el mejor sabor que he probado, pero es aceptable. El puerco que lo acompañaba estuvo riquísimo, y más rico aún, el arroz. El karaage o algo así, es una piezita de pollo frito y está ok. Recomendaría que este box estuviese acompañado de alguna bebida asiática en lugar de la soda que ofrecen (coca cola y similares). Volvería a probar otras opciones del menú. El lugar no es muy grande, pero es cómodo y está aseado.