Es la segunda vez que vamos a este restaurante y nos encanta, la calidad de la comida, la variedad de sus platos, el sabor y el buen servicio. Además, el lugar tiene muy buen ambiente, anoche había jazz en vivo y tenemos entendido que lo hacen varios días a la semana. La carta de vinos es excelente y la sangría está muy buena, pero lo mejor es la atención personalizada de su propietaria Elizabetha. Si no has ido, no sabes lo que te pierdes!
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