La comida, el servicio, la presentación, el ambiente, los detalles, la calidad y el precio. Todos estos factores van de la mano en Maguro, un restaurante digno de ir a experimentarlo. Después de tantos restaurantes pretenciosos que tratan de vender productos con sobre costos y no experiencias, visitar Maguro puso una sonrisa sobre el rostro de todos los comensales que estaban en la mesa. Mi recomendación es: atrévete a pedir cualquier producto de su menú.