Años sin ir a comer nachos de la abuela, convencí a mi esposo de ir ya que el no es muy fan de este restaurante y debo decir que nos gustó pero no nos encantó y sentimos que saben un poco diferente a los que siempre había comido hace unos años atrás. Lo que sí debemos destacar son las bebidas que estuvieron muy buenas. Pedimos horchata y una de naranja con miel. La atención fue OK y el ambiente, me gusta mas el de afuera porque adentro la música es muy alta.