El lugar es abierto, el día que fuimos empezó a llover y estábamos con un bebe, logramos ubicar un espacio techado del mismo local que ni siquiera viéndonos mojar nos lo ofrecieron. El vaso de agua lo tuvimos que pedir (esto debe ser básico en la atención) pedimos cervezas y estaban calientes, ni para traernos el vaso con hielo, lo tuvimos que pedir. El ceviche no se sentía fresco, en plato de langosta estaba delicioso, buen sabor aunque la langosta era bastante pequeña. Sin duda deben mejorar la atención, solo había un mesero y no fue nada amable.