El local es muy lindo: una terraza abierta con sillones de diversos tamaños, sillas y mesas bajas y altas. Súper bonito, en realidad. La atención me pareció un poco distante, quizás. El menú es bastante reducido y, honestamente, no es memorable en cuanto a sabores. Tienen promo en sangría (2x1 en jarras) y está rica.