Lo más impactante de este lugar es su gastronomía. Impresionante la calidad de los platillos, los ingredientes y la prontitud de su preparación. El lugar es una casona renovada de San Francisco con una decoración agradable y amplios espacios interiores y exteriores donde la terraza es preferible si hace buen clima por su espacio y entorno. La atención fue amena y con muy buenas recomendacioines de nuestra mesonera. En particular las entradas fueron el pisquillo y la broscheta de jamón serrano - ambas deliciosas. Los platos principales fueron el linguini fruti de mare, la calamarata con camarones en salsa de champán y farfalle al pesto. Pese a que el Linguini es el Top recomendado en Degusta, a Calamarata estaba a 'otro nivel'. Pedimos el vino de la casa un Catana Malbec que estaba on point. De postre pedimos el Pie de Limon y el Zucotto (postre de helado italiando). Las mesas de la terraza son gigantes así que esta muy óptimo para familias o grupo de amigos. Insistimos en usar una mesa de 2 para 3 personas porque las grandes son gigantes y no facilitan una buena conversación. De veras que regresamos sin duda. Vuestro amigo Thor
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