El local es pequeño pero muy bonito, murales estilo collage, llamativos y playeros. El ceviche es verdaderamente gourmet, mezcla de sabores, dulces, ácidos, frutales, muy bien preparado y presentado. Comimos la degustación de 4 ceviches y cada uno nos dejó más complacidos que el anterior. La atención es muy buena, y la mesera muy atenta, quizás más de lo que me hubiera gustado en una cita. En general, una opción genial para parquiar en el Oeste.