Gratamente sorprendida con este sitio, me encantó la vibra y el mood del lugar, tiene una magia interesante, simplemente fantástico y polifacético, puedes ir a tomar fotos, a comer, a beber, a celebrar cumpleaños, puedes ir a ver la caída del sol, entre otros, pedimos unas entradas y probamos varios mojitos y cócteles, todos estuvieron deliciosos. El ambiente me gusto mucho, había poca gente, los meseros muy amables, la música estuvo súper súper buena, buen volumen y podías hablar, no tenías que gritar, es una terraza al aire libre. así que puedes estar tranquilo en términos de Bioseguridad, las mesas estaban bastante separadas. Tiene valet parking, y debes llegar a la hora que reservaste. Volvería a visitarlos sin duda alguna.
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