Tenía muchas ganas y altas expectativas de visitar esta cafetería, por lo que la visité dos veces el fin de semana. La realidad es que salí algo decepcionado, el croissant salió quemado, el otro plato que pedimos lo anotaron mal, el cake estuvo regular y los huevos benedictinos en vez de ser pochados eran fritos. La atención fue muy cordial, pero algo lenta. El lugar es bonito y con ambiente agradable, pero le falta mejorar mucho.