Esta es una pequeña gema escondida. La comida es deliciosa, y la presentación es muy buena. Recomiendo probar la entrada de shimesaba (macarela). De plato fuerte me comí un tonkotsu ramen, el caldo estaba muy sabroso, y mi novio pidió el arroz con anguila que estaba también muy bueno. Pedimos un sake caliente y traía una toallita por la cual se sostenía la pequeña jarra y así poder servirnos cómodamente. El té de lemongrass estuvo perfecto para terminar la comida.