Un restaurante que se ha mantenido a través de los años con la misma calidad que el primer día, cuando plantaron bandera en Panamá como el mejor establecimiento especializado en crepes y waffles, como su nombre lo dice. La servicio es bueno, aunque podría estar un poco más atento a los detalles y a la soicitud de los comenzales. El ambiente es agradable; aunque mantienen el mismo estilo y decoración. Lo precios se han incrementado; pero lo bueno cuesta.
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