Pedí un risotto de ossobuco que estaba muy bueno. Pero es que muyyu bueno. El servicio resultó malisimo ya que al parecer los mesoneros no reciben entrenamiento alguno. Y el ambiente afuera del espacio semicerrado es la única opción para poder conversar sin tener que gritar por el excesivo volumen de la “música ambiental”. Supongo que a los que van a sumergir su cabeza en sus celulares eso no reviste problema alguno.