La primera impresión que recibimos fue el chico de los estacionamientos el cuál fue sumamente dedicado y amable al ayudarnos a estacionarnos y darnos la bienvenida, al entrar al restaurante el mesero no sabía dónde sentarnos a pesar d haber realizado una reserva desde hace un mes, no sentí que fue la mejor atención y que puede mejorar. El chico que nos trajo los platos y los retiró fue más dedicado y amable que el mesero que nos tomó el pedido y el cuál estaba encargado de nuestra mesa. La comida estaba muy buena y los mariscos frescos. Ojalá que la propina diaria también sea repartida por igual al chico del estacionamiento que hizo la diferencia al darnos la primera buena impresión al máximo, lo felicitó y lo exhorto a que conserve esa atención al cliente que a algunos les hace falta aprender.