Reservé el salón VIP para una celebración de cumpleaños con semanas de anticipación y al llegar, con el local completamente vacío, se nos dijo que no había reserva. Luego de mostrarles la confirmación escrita accedieron a llevarnos al salón, pero a los minutos llegó una anfitriona con una pésima actitud a dudar que fuéramos a llegar al mínimo de $300 por utilizar ese salón y comenzó a pedirme el número de teléfono de quien me llamó para confirmar la reserva, aún teniendola frente a ella por escrito. El trato mejoró una vez llegó el resto de los invitados y vieron el volumen de gente - la comida estuvo muy buena, pero en cuanto a actitud fué pésima.
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