Probablemente el mejor restaurante italiano que he encontrado en Panamá luego de casi una década. Buenas opciones de vinos, también por copas; ambiente moderno con música de fondo más que discreta, muy buen servicio de l@s meser@s. Varios platos se inspiran a cocina del norte de Italia desde el Alto Adige (óptimos los Canederli) hasta le Langhe (tortelloni ai porcini muy ricos). I paccheri con frutti di mare nos salieron demasiado salados, lamentable porque el plato era perfecto. Tienen óptimo guanciale italiano (lo usan para pasta amateiciana y para un antipasto atrevido con dactíles). Muy bien hechos tanto el Negroni, como el Spritz que para los italianos es fundamental. Buena también la focaccia que acompañan con embutidos italianos más que decente (muy buena la mortadella) y las rutinarias burrata y mozzarella (que personalmente ya no aguanto: se volvió una moda y o hay lugar italiano que no te de su burrata de-congelada... :-( ). Seguro regresamos: definitivamente vale la pena.

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