Una hamburguesa como debe ser: simple y sin pretensiones. Eso es de admirar en un género gastronómico donde se quieren usar ingredientes exóticos pero no se dominan los conceptos básicos. En Antibuger se reserva el protagonismo a la Santísima Trinidad: carne, pan y queso y logran un balance perfecto. Es recomendable ordenarla doble porque este ratio funciona mejor que la simple. Gratamente sorprendidos, volveremos pronto.