Fuimos dia de semana aprovechando una oferta de un banco. La terraza estaba full con mùsica. Adentro mas tranquilo, aunque cada vez que abrian la puerta de la terraza, no se podia hablar por la bulla. La comida muy buena, especialmente el caldillo, un plato que siempre pido. Buen lugar, buen ambiente, buena comida, vale la pena visitarlo y regresar.