Es un restaurante pequeño, las mesas están super pegadas las uñas de las otras. Me tocó al lado una pareja con un niño q lloró prácticamente media hora. Pasaron como 3 meseros para tomar el pedido, muy insistentes, igual para retirar los platos y para el postre. Pedimos un filete a la plancha con vegetales y unos ravioli en tres salsas q estuvieron aceptables. Pedimos también 2 copas de vino y una copa de sangría blanca. Las porciones son pequeñas. Con el descuento de Degusta del 50%,pagamos casi 60.00.