Una cafetería que cuenta con varias décadas de ofrecer sus emparedados y comidas criollas. La atención no es de cinco estrellas, la comida ha bajado en su estándar de calidad y los precios se han encarecido significativamente. Desde mi óptica, ha dejado de ser una opción para el panameño de a pie; pero sigue siendo de las pocas alternativas abiertas 24 horas.