Buena atención. Comida bien cuidada. El ceviche espectacular. Las pastas que tenían crema (ruota y Brie) aunque muy sabrosas faltaba ajustar el balance ya que el sabor dulce prelaba, a pesar del parmesano. Un toque de dulce siempre realza, pero en un plato salado no deben ser la nota principal. En cuanto al postre, wow! la mejor pannacotta en la ciudad!