Este restaurante es súper especial. La atención desde que te reciben, con la chica de la entrada que te acompaña hasta la mesa, te ayuda con la silla y la servilleta, luego los meseros que explican en detalle los platos del menú, indicando incluso el origen de algunos de los ingredientes. Excelente el servicio por parte de Gloria y Luis súper atentos a cada petición nuestra. Por la comida desde el pan y el plato de cortesía hasta cada uno de los tiempos de los demás platos todos eran una explosión al paladar. Pedimos de entradas: la ensalada de tierras altas que viene con ingredientes súper frescos y deliciosas fresas de Boquete, el tartar de atún con el contraste de sabores, las torrejitas rellenas, rellenas rellenas de bacalao, los aros de maíz muy ricos, el carpaccio de pulpo en su punto. La variedad de opciones del menú es bien amplia, adaptable para diferentes gustos. De plato principal pedimos el arroz con pollo, que apesar de ser algo común de la cocina panameña tenía un toque especial que lo hacía delicioso. El pulpo súper rico en sabor, al igual que la lechona y el pescado, también el tasajo. El ambiente muy agradable y tranquilo, buena música y una vista espectacular. Lo recomiendo al 1000% es toda una experiencia muy satisfactoria.

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