Me gustó mucho este lugar. Es más bar que restaurante, pero tiene una propuesta muy diferente y original: darle su debido lugar al ron. Lo fuerte es su carta de cocteles muy variados a base de ron, pero también ofrecen platillos para acompañar. Pedimos unos crostinis y un emparedado. Todo muy rico. El ambiente es muy bueno y la decoración te remonta a los años dorados de Cuba. Además tienen happy hour, con tragos a 5 dls. Muy recomendable!