Es un poco más elegante que los que visite en España, ya que aquí te atienden en la mesa y allá tú te paras a pedir y buscar los pedidos, pero el concepto de la comida igual. El pan está delicioso el alioli riquísimo, lo que más me gustó fue la tortilla española, papas a la Brava, montadito de queso de cabra con cebolla caramelizada, y las chorizos en sidra. La selección de vinos por copa están un poco limitada, las mesas demasiado chicas y no caben más de 3 platos. Los precios están en la mayoría de los platos muy bien. En general me gustó mucho este lugar!