Stizzoli no deja de sorprendernos ahora con este maravilloso lugar en el corazón de nuestra agitada ciudad, con una decoración sobria y elegante donde ningún detalle fue tomado al azar desde las valdosas del piso, el Fiat 500 en la entrada modelo vintage, hasta los cubiertos y platos. Aqui la reina es la verdadera pizza italiana cocinada con leña y con el espesor traído de la madre Italia. Esta vez probé el calzones, con rugula, mini quesos mozarella y jamón prosciutt y mini tomates sherry un espectáculos de sabor en boca con un balance de sabores y texturas maravilloso. El postre su clásico y ya conocido tiramisu y la panacota bailarina. Realmente recomendado.