La ubicación frente al mar es espectacular. Conseguir un estacionamiento un poco difícil como la mayoría de los lugares en el Casco Viejo, así que hay que tratar de tener paciencia. Las mesetas muy amables; el pescado es fresco y delicioso. Los rolls llevan la delantera con respecto a otros que haya probado. Un punto extra para anotarse: son Pet Friendly.