Excelente opción para tomar café y vivir una agradable experiencia para degustarlo. Lo mejor del lugar es la vista hacia la bahía, desde el segundo nivel del local, con ventanales de piso a techo que ofrecen una panorámica total, sentado en confortables sillones de estilo contemporáneo, o, si lo prefieres, en mesas donde se puede trabajar cómodamente con el laptop. Sin embargo, este nivel no es accesible para todas las personas, pues sólo se puede alcanzar subiendo unos largas escaleras, y, además, hay que tomar en cuenta que tú mismo tienes que subir tu orden. El primer nivel es pequeño y no ofrece el ambiente de arriba. Probamos los cafés y un key lime pie. El capuchino y el postre estaban muy bien; en cuanto al espresso, para los que lo tomamos sin azúcar, es de un amargo bastante marcado, lo cual no quiere decir que sea malo, simplemente eso, amargo fuerte.

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