El restaurante tiene un estilo rústico y sencillo, sin mayores inversiones en decoración o ambientación. La atención está a cargo de los propios dueños, lo cual puede ser un punto positivo, pero en mi experiencia hay varios aspectos por mejorar si se busca generar una clientela recurrente. La comida es buena, pero no ofrece nada particularmente destacado que justifique los precios. Hay lugares con propuestas gastronómicas similares o mejores, donde el ambiente, el servicio y la experiencia en general están alineados con lo que se cobra. En este caso, el precio me pareció elevado para lo que realmente se recibe, tanto en presentación como en sabor. Además, solicité un pequeño ajuste en uno de los platos, reemplazando un ingrediente por otro, y nunca se me informó que eso generaría un cargo adicional. Esta información apareció solo al momento de recibir la cuenta, lo cual considero poco transparente. Más allá del tipo de cocina, creo que es fundamental cuidar la coherencia entre lo que se ofrece y lo que se cobra, así como comunicar claramente los precios y cualquier cargo extra desde el inicio. Esa transparencia es clave para que el cliente quiera regresar. En mi caso, lamentablemente, no fue así.

Coincido en que el servicio no es bueno, ni al hacer la reserva ni al llegar al restaurante, quizás por falta de entrenamiento y/o liderazgo. Hay que insistir pidiendo varias veces el agua hasta que la traigan. La comida no es nada extraordinario . Pudieron haberle sacado mayor provecho a la ambientación del local dada su ubicación. El Internet no está disponible para los clientes.

Una buena opción para comer en el valle. Se destaca la preparación expedita de la comida, la frescura de los ingredientes y la alternativas para compartir ofrecidas durante nuestra visita. La ambientación y decoración del restaurante apropiadas a la cultura peruana. Mi única observación es deben tomar en cuenta que durante época de verano donde predominan vientos aliseos fuertes en el valle de antón seria recomendable mantener las ventanas del local cerradas a fin de que la comida no se enfrie rápidamente.

Terra me fue recomendado durante mi estadía en David. Debido a que fui para el almuerzo no pude probar las pizzas, (mencionadas en otras reseñas) pues me indicaron que solo las ofrecen para la cena. Por ende, luego intentar probar otros platos del menú que no tenían en el momento terminé ordenando unos canelones los cuales estuvieron aceptables más no espectaculares. Me parece que el precio/calidad no guarda una relación directa considerando que el local es sencillo (era una casa antes) y que los meseros no cuentan con el nivel de entrenamiento adecuado para un restaurante cuyos precios son similares a los de la ciudad de Panamá.

Me detuve en este restaurante durante una reciente estadía en Chiriquí. Me pareció creativa la idea de reemplazar el pan de hamburguesa por patacones por lo que ordené la musa paradisíaca, la cual no me decepcionó. En cuanto al ambiente me pareció informal y rústico en cuanto al mobiliario y el piso de gravilla. El servicio fue bueno.

Durante mi reciente estadía en David, me detuve un momento a comprar algo para comer y quedé favorablemente impresionada con la calidad de empanadas de carne y el dressing de mostaza, miel y semillas de ajonjolí.

Fue agradable regresar al restaurante al lado de la playa el cual proporciona una excelente y relajante vista al comensal. Han logrado mantener la calidad y consistencia en la ejecución de la comida así como retención de meseras con vasta experiencia en servicio al cliente.