La comida estuvo bien, muy sencilla, pedimos un poco de queso parmesano para la pasta y trajeron solo un poquito para un comensal, los demas no fueron incluidos a pesar de pedir el mismo platillo, pedimos cambiar la pasta al óleo por salsa de tomate y nos dijeron q se podía, sin embargo tuvimos la sorpresa de ver un costo extra en la cuenta por el cambio de salsa, sin antes al menos notificar q esto seria así al final. La atención definitivamente debe mejorar, poner gente mas carismática y amable con una sonrisa, no como si te estan haciendo el favor de atenderte. Finalmente estamos en un sitio "turistico" el valle de anton, y somos turistas. Sería agradable un poquito mas de esmero y buena vibra. El baño y la limpieza era para salir corriendo. Son pequeños detalles q podrian mejorar la experiencia y hacer la velada mas agradable, lo mas destacable fue el grupo de música de Chicago.

Este restaurante ha sido un total acierto, un descubrimiento fortuito q nos dejó felices. La comida es divina, pero super buena. El ceviche de camarones es espectacular, el picante de mariscos, el filete de pescado con mariscos, el pie de maracuya, todo absolutamente todo estuvo riquísimo. Mientras la mayoría de restaurante en Boquete a pesar de tener terraza no son pet friendly, este restaurante nos atendió muy bien, nos hizo un pequeño filete para nuestras mascotas y en todo momento fueron muy resolutivos, amables y serviciales. Fue la mejor experiencia en nuestro viaje a boquete.

La opción de comer a orilla de la playa es muy buena, pero la atención tiene q mejorar muchísimo, casi q nos hacían un favor por atendernos. La pizza es extremadamente delgada, y con muy pocos toppings. Especialmente la gato blanco fue muy triste. El ambiente es agradable para ir en la noche.