Despues de Casi 2 años de no dar vuelta por el area paramos a almorzar, recordando los ricos callos que pedimos una vez. No habia mas que 2 mesas ocupadas y la atención muy esmerada, pero pasando el tiempo llegaron mas comensales y había que rastrear al mesero para todo. Los callos, algo cambió, la textura, un poco duros, de sabor bastante parecido pero ya no los pido otra vez. La limonada com cereza, deliciosa, cerveza nacional a buena temperatura. De postre tres leches y pie de limón, para mí lo mejor! A pesar de los detalles de hoy, ea un lugar para volver