Es una verdadera joya del valle, es un ambiente perfecto para una velada romántica, con un ambiente fantástico y un servicio muy atento. Se come al aire libre y la naturaleza que te rodea es un verdadero paisaje. La piscina que tienen en el centro sirve de espejo de agua a lo cual contribuye al mismo. Si no comes en este lugar de verdad que no has disfrutado del tour gastronómico completo del valle.