Un lugar hermoso a orillas del mar, con una vista espectacular y el ambiente marino que tanto apreciamos. Te atienden con una calidez espectacular y te hacen sentir bien y cómodo pese a que esté lleno. Pedimos el sushi con plátano y estaba ESPECTACULAR, jamás pensé que tendría que irme al interior para comer uno de los mejores sushis que he probado en Panamá, sin embargo, la porción es pequeña. También pedimos un ceviche de camarón y estaba regular. Volvería por el sushi, la vista y la atención del dueño.