Me encanta este lugar! Es un ambiente maravilloso rodeado de naturaleza con piezas de arte por doquier. La comida es excelente en un menú Gourmet delicioso que puede deleitar hasta el más exigente paladar por el chef chileno-alemán Stephan. Me encantó su presentación de cada plato y la combinación de sabores. Definitivamente un lugar imperdible en la próxima visita al Valle de Anton! * tener en cuenta que solo se puede visitar con reserva 😉