El lugar llama la atención positivamente. La atención fue pobrísima. Las bebidas naturales, muy caras. Probamos de guanábana, insípida. Los precios de restaurante, comida de fonda de segunda. A la hora de pedir la cuenta, con descuento de jubilados, la propietaria vociferó molesta, palabras en idioma extranjero. El Valle es un lugar turístico que merece mejores restaurantes y mejor trato. No lo recomiendo.