Señores y señoras, he probado varios platos del menú y he ido mil veces y no me canso. Simple y sencillamente se siente el amor y pasión puesto a cada plato; la calidad de los productos usados; todo hace sentido sin dejar atrás la tradición, incluso si crean algo nuevo y también ves el respeto que le tienen al oficio. En serio, no dejen de ir. Ojalá y en la ciudad hubiesen más restaurante como este. Sin hablar que la atención personalizada y tan calurosa de Giselle y el gran Chef. Si vas a El Valle, es un must y si no, también.