Fui en dos oportunidades, en la noche y en en el día. En ambas oportunidades nos trataron muy bien, la comida estuvo rica y con buena cantidad. Comimos aros de calamares, sopa de mariscos, arañitas, cervezas bien frías y unas piñas coladas súper deliciosas. El ambiente súper playero, frente al mar volvería sin dudarlo.