Pedí el plato de curry con fideos (Khalo soi) que estuvo exquisito; los vegetales tiernos, el curry muy cremoso y con un toque picante que no inhibió los sabores del resto de los ingredientes. De postre pedí el pie de limón que vino acompañado con helado de pistacho. Ambos deliciosos, con el perfecto punto de dulce y cremosidad. El lugar es precioso, bien ambientado, con un jardín muy sencillo pero lindo y relajante. El mobiliario armoniza perfectamente con el entorno y la decoración del sitio. El servicio inmejorable, siempre atentos a la mesa. En resumen; un lugar para repetir muchas veces.